31 de marzo de 2010

LUNES SANTO

El cielo fue el gran protagonista durante todo el día del Lunes Santo, bajo las miradas de todos los fieles y devotos que ansiábamos ver a nuestra reina por las calles de la ciudad.

Ya desde por la mañana, vivíamos unos momentos de gran emotividad en la Iglesia de Santa María, con las diferentes ofrendas que realizaron a la virgen, como fue la realizada por la Hermandad de la Sentencia, a la vez de la ofrecida por nuestro hermano y costalero Urrutia, donde ambos tuvieron palabras de agradecimiento tanto a nuestra cofradía, como a nuestra titular.
Por la tarde, los nervios y la incertidumbre se adueñaron de todos. Alrededor de las siete y media de la tarde nos juntábamos la Junta de Gobierno, con la intención de decidir sobre nuestra estación de penitencia, más tarde lo volvíamos a hacer sobre las 20.45 h, donde los planes eran procesionar con normalidad, a expensas de las condiciones meteorológicas. Así, alrededor de las 21,15 h de la noche, parecía que el tiempo nos daba una tregua, y nos dirigimos desde la Iglesia de San Pablo, hasta Santa María, donde esperamos ansiosos la salida tan querida ya por los Ubetenses de la-llena de Gracia.
Entre los momentos más destacados de nuestra procesión, destacamos la lluvia de pétalos realizada en la plaza del Ayuntamiento, así como la alfombra que hicieron los jóvenes de la Oración en el Huerto, en la puerta de la Iglesia de San Pedro, aprovechando la Estación de Penitencia ofrecida por nuestro hermano y presidente arciprestal D. Francisco Luís, en la ausencia del capellán D. José Araque.
Sin duda, el momento de mayor importancia llegaba a la altura de la calle Cava, donde a causa de una ligera lluvia, tuvimos que tomar la decisión de modificar nuestro recorrido, por miedo a una lluvia mayor y con la preocupación de no poder bajar la “cuesta graná”, tomamos rumbo de la Iglesia de la Santísima Trinidad, sin duda una decisión muy acertada, para no poner en riesgo tanto nuestro patrimonio artístico como nuestros costaleros y hermanos cofrades. Más tarde y tras recuperar la tranquilidad, todo el guión nos dirigimos a la Casa de Hermandad de Jesús Nazareno, donde se realizó la recogida de enseres.

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