Sobre las nueve de la noche, la Cofradía ponía la cruz de guía en la calle, seguida de un cortejo formado por hermanos cofrades y gran parte de la feligresía.
Con la llegada del cortejo a la Iglesia de San Pablo, la imagen de María Santísima de la Caridad entró dentro de la parroquia, en la que realizó una "Estación de Gloria" que consistió en la exposición del Santísimo y la lectura de un fragmento del Evangelio. Seguidamente, la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad obsequió a la corporación de San Isidoro un corbatín para ser situado en su bandera; este gesto fue respondido con el regalo de una rosa blanca, que fue depositada en la mano de Nuestra Santísima Titular, la Virgen de Gracia.
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